jueves, 6 de octubre de 2011

Mateja Kezman: el trotamundos balcánico


 

EL “9” MILITA AHORA EN LAS FILAS DEL BATE BORISOV


Tras despuntar en el Partizán con tan sólo 20 años, el ariete belgradense emprendió su aventura por el mundo, dónde en su paso por PSV, Chelsea, Atlético, Fenerbache, Zenit, PSG y South China dejó constancia de su matrimonio con el gol. Actualmente en Bielorrusia, el jugador parece estar llegando al final de su trayectoria.

Nacido en Belgrado el 12 de abril de 1979, Mateja Kezman pasó por las categorías inferiores de Zemun,  Radnicki Pirot, Loznica y Sartid Smederevo, todos ellos clubes serbios. Tras promediar 10 goles por temporada, el Paritzan estrechó el cerco sobre él con tan solo 19 años.

En su primera campaña en el conjunto blanquinegro (1999) en la que ganó la competición doméstica, logró anotar 6 dianas en los 33 encuentros que disputó. Sin embargo, fue en el siguiente curso cuando Kezman explotó. 33 goles y su correspondiente trofeo de máximo goleador le llevarían a Eindhoven (2000-2004). Allí permanecería durante 4 temporadas, y fue en el PSV dónde se vio al mejor Mateja Kezman. Nada menos que 105 tantos son los que consiguió anotar con la camiseta del conjunto dirigido, por aquel entonces, por el mítico Guus Hiddink. El serbio, que se convirtió en el primer jugador en marcar más goles que partidos disputados en dos temporadas consecutivas, encontró en Arjen Robben su mejor aliado. “Batman&Robben” era el nombre con el que los medios se referían a ellos, en alusión a la mítica dupla cómica Batman&Robin,

Pero a Kezman aún le quedarían muchas elásticas por vestir. Su caché había subido como la espuma en Holanda, y eso no lo iba a ignorar Roman Abramovich, propietario del Chelsea y recién llegado al mundo del futbol. Tres “pichichis” y una bota de plata fueron méritos más que suficientes para que el goleador firmara por el conjunto “blue”.  Llegó con el cartel de “hombre gol” bazo el brazo, pero las lesiones y la irrupción de un joven llamado Didier Drogba le impidieron demostrar su valía. Al final de su primer y último año en Londres (2004-2005), y con solo 6 apariciones como titular, “Batman”cambió Inglaterra por España al fichar por el Atlético de Madrid. Su gol en la prórroga de la final de la Carling Cup frente al Liverpool (3-2) fue una de las pocas alegrías que se llevaría de la capital británica.

Kezman esperaba volver a ser el goleador que impresionó al mundo, pero aquel tipo agresivo e infalible no regresaba. No hizo ni mucho menos una mala temporada en el Calderón, e incluso anotó goles importantes ante Barcelona y Real Madrid. Sus números, 8 goles en 30 partidos, y la explosión de Fernando Torres, le dejaron en un segundo o tercer plano. Al año siguiente se fue al Fenerbache turco por 7 millones de euros, dos menos de los que pagaron los colchoneros al Chelsea para hacerse con sus servicios. Ese mismo verano, el Atlético de Madrid acabaría fichando a Sergio el “Kun” Agüero y a Miguel Angel Ferrer Mista como sustitutos del serbio.

En su presentación con la entidad turca, Kezman aseguró “querer marcar muchos goles y ganar mucho títulos”. Y la verdad es que así fue. Mateja anotó algo más de 20 goles en las dos temporadas que estuvo en Turquía y resultó pieza clave en la consecución del título de Liga del conjunto de Luis Aragonés en la temporada 2006-2007. Sorprendentemente, el ariete sería declarado transferible al término de su segundo año con la camiseta gualdinegra. Dani Guiza, que habia anotado 27 tantos en el Mallorca, se habia convertido en el refuerzo estrella y, una vez más, el serbio debió hacer las maletas.

Su destino fue entonces el Paris Saint Germain, que desembolsó 4 millones de euros en él (tras un primer año de cesión) y otros 15 en la contratación de Ludovic Giuly, Makelele y Hoarau. Y en la ciudad del amor, fue precisamente esto lo que la afición parisina no le dio. Claro que su bagaje de 2 goles en 2 años tampoco fue como para enamorar a nadie. Quizá por eso se fue cedido al Zenit en la segunda mitad de dicho segundo año. En Rúsia pasó con más pena que glória y, en una decisión muy previsible, el conjunto celeste no hizo efectiva la opción de compra que tenía sobre el delantero balcánico. En Noviembre del 2010, Kezman quedaría oficialmente desvinculado del PSG.

Sólo dos meses más tarde recalaría en el South China, de la llamada Hong Kong First Division League. Su actuación mas destacada fue el doblete que consiguió frente al líder de la liga, el Kitchee, en las semifinales de la copa. Con un 4-2 final, el South China accedió a la final. En la final, “Batman” logró en la prórroga el gol de la victória que le daría el título a los suyos. Al dia siguiente terminaría su contrato de cuatro meses de duración y el conjunto asiático no iba a seguir pagando su alta ficha. A pesar de su corta estáncia en el país, Kezman tuvo tiempo para realizar unas declaraciones que trajeron cola. “La Champions League asiática es una competición rara y un poco estúpida”.
El 31 de agosto de 2011 firmó por el Bate Borisov por medio año, y aunque ahora mismo es el delantero titular del equipo, lo cierto es que queda muy poquita cosa de aquel joven serbio que estuvo, por un tiempo, casado con el gol.

QUIERE SER MONJE

Serbia se ha caracterizado a lo largo de su historia por haber vivido muchas influencias culturales. Romanos, otomanos o bizantinos dejaron huella en esta tierra eslava. La religión es uno de los rasgos más remarcables que aportaron los conquistadores. El imperio más influyente en ese aspecto fue el bizantino, el legado del cual se mantiene con la Iglesia ortodoxa Serbia y el alfabeto cirílico, aunque éste cada vez es menos utilizado. En alguno de ellos se debió fijar el ariete Mateja Kezman cuando hace tres años declaró que una vez retirado, le gustaría "dedicar mayor tiempo a Dios". "Quiero ser monje para poder servir mejor al Señor", señalaba hace tan solo unas temporadas en una entrevista concedida al diario Press de su país.



Toni Juanmarti Palacin. 06/10/2011

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