miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ha llegado el momento de hibernar

Rusia es un país de extremos. En este país se encuentran las regiones más gélidas de la esfera terrestre, pero no es extraño que algunas ciudades registren temperaturas de hasta 40º en verano. El clima condiciona, y mucho, la práctica del deporte y en este sentido la Federación Rusa de Fútbol tiene que hacer auténticos malabarismos para ajustar el calendario a unos parámetros meteorológicos mínimos para la disputa de la Russian Premier League. Los dirigentes de la Champions League ya han implantado desde hace años un horario distinto para los partidos que se juegan en el este de Europa (léase Bielorrusia, Rusia o Ucrania, países con equipos que suelen jugar competiciones europeas), pero eso no es nada comparado con lo que deben hacer y deshacer estas regiones en sus competiciones domésticas.

La RPL ha terminado este fin de semana la fase regular y ahora los conjuntos del país más extenso del mundo deberán permanecer parados durante casi tres meses antes de disputar la liguilla que decidirá finalmente al campeón. Si anteriormente se decidía el campeonato tras el concurso de esta fase regular, que nunca rebasa el mes de noviembre, la Federación decidió la temporada pasada alargar la competición para equiparar sus equipos a los del resto de Europa. Un primer paso se ha dado este año con la denominada fase final, en la que los ocho primeros clasificados se disputarán la ensaladera, mientras que los ocho últimos lucharán por no bajar. De esta forma consiguen que todos los equipos jueguen el mismo número de partidos (excepto los últimos cuatro clasificados, dos de los cuales bajaran de forma directa mientras que los otros dos jugarán un play-off de ascenso contra el tercero y cuarto de la división de plata). Pero la idea, que se empezará a implantar desde la temporada 2012-2013, es que la RPL siga un formato idéntico al de los demás campeonatos europeos, es decir, que empiece en agosto, haga un pequeño parón invernal (ya veremos como solucionan el largo y frío invierno ruso y sus gélidas temperaturas) y finalice el mes de mayo.


                              Danny es el fichaje más caro de la historia de la Liga rusa (32 millones de euros)


Estos cambios en la estructura del campeonato ruso no han hecho más que incentivar y potenciar la competitividad y el nivel de la liga, aunque el hecho de que a partir de ahora tengan que desconectar durante tres meses de la disputa por el título puede pasar factura tanto a nivel físico como mental, puesto que los jugadores no llegarán tan enchufados como lo hubieran estado en caso de decidirse el título las próximas fechas. El Zenit busca su tercera corona después de proclamarse campeón la temporada pasada con el viejo formato. Con las nuevas condiciones, hasta ocho equipos pueden entrar en liza para luchar por el título, entre ellos el Anzhi de Eto’o y Roberto Carlos, que ha entrado en la última posición que da acceso a la lucha por el entorchado. El ex del PSV, Lazovic, ha sido el máximo goleador del equipo de la multinacional del gas Gazprom, comandado por la estrella lusa Danny y que cuenta con ilustres del fútbol europeo como Alessandro Rosina, Bruno Alves (ex del Oporto por el que pagó casi 30 millones de euros el club ruso) o mitos del fútbol ruso como Zyryanov, Shirokov o su arquero, Malafeev. No lo tendrá nada fácil el equipo de San Petersburgo este año, puesto que los conjuntos moscovitas están muy fuertes este año, sobre todo el CSKA que, de la mano del marfileño Doumbia, máximo goleador de la competición con 23 goles, ha quedado segundo a tan sólo dos puntos de los azules. El chileno Mark González o el japonés Honda (ambos lesionados) son algunas de las estrellas del conjunto del ejército ruso. Valery Karpin y su Spartak de Moscú parecen, a priori uno de los equipos con menos opciones de luchar por el título. El Lokomotiv, por su parte, de la mano de Felipe Caicedo (deslumbró la pasada temporada con el Levante) y Alberto Zapater (ex zaragocista que fue fichado del Genoa) intentarán también dar la campanada, al igual que el Dinamo, que cuenta con los viejos conocidos de la Bundesliga Kevin Kuranyi y Andrei Voronin. El Rubin Kazan del “pastor” Kuban Berdyev y el llamado “nuevo Chelsea” de Eto’o parecen partir con muy pocas probabilidades de hacerse con el campeonato, puesto que no han demostrado tener un bloque suficientemente sólido como para hacerlo y tienen la desventaja de jugar las eliminatorias con el factor campo en contra y ante los mejores de la fase regular.

                Roberto Carlos ha ejercido ya en su corta etapa en el Anzhi como jugador, capitán y entrenador

“Sólo” queda esperar el paso del frío invierno ruso para poder disfrutar de un desenlace que se prevé apasionante, con hasta ocho equipos luchando encarnizadamente por hacerse probablemente con el entorchado más disputado y valioso de la historia reciente de la RPL. Tres meses de larga espera, de eterno letargo para los rusos que esperarán pacientes, con temperaturas glaciales, a la llegada de la primavera para animar a sus equipos a conseguir el principal objetivo. Lástima que habrá siete aficiones más con esa ansia de victoria y sólo una podrá terminar con una sonrisa...

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