miércoles, 30 de noviembre de 2011

O tú, o yo.

Las cada vez mayores diferencias de presupuesto entre los clubes hace que las grandes ligas europeas se estén encaminando hacia una lucha privada formada por dos o, como mucho, tres aspirantes.


Salvo contadas excepciones, como son la Bundesliga y la Ligue 1 francesa, los campeonatos domésticos de primer nivel se han convertido en una guerra entre unos pocos privilegiados que juegan una Liga totalmente diferente del resto de equipos.

En Portugal, solo ha habido dos campeones distintos en los últimos nueve años. Evidentemtente, el pastel se ha ido repartiendo entre Porto y Benfica. El tercero en discordia, el Sporting de Lisboa, acumula una década sin cantar el alirón y más que nunca parece un peldaño, o dos o tres, por debajo de los de O’Dragao y Da Luz.

En Escocia, la última vez que ni Celtic ni Rangers ganaron la Premier League fue en 1985, cuando el Aberdeen se hizo con el título. Desde entonces, pues, 17 ligas para los azules y 9 para los de Celtic Park.

La otra Premier League, la británica, ha ido cambiando la vitrina del Chelsea por la del Manchester United en los últimos siete años y, si no fuera por los tres chispazos del Arsenal, solo habría tenido dos vencedores distintos en los últimos 16 años, la mayoría de ellos con sabor ‘red devil’.

En España, el Valencia de Benítez en la 2003-2004 fue el último capaz de quitarle la hegemonía a los dos gigantes históricos, cuya diferencia con el resto de equipos va ampliándose de manera agigantada en los últimos tiempos.


Más allá de estás estadísticas, lo que cada vez se echa de menos en las principales ligas europeas son campeonatos igualados y con emoción hasta el final. Qué lejos queda el Madrid de Tenerife, o el mismo Djukic… Hoy por hoy, las tan potentes como imprevisibles entradas y salidas de capital hacen que cada temporada haya determinados equipos muy por encima del resto, como está pasando ahora con el Manchester City o el Bayern de Munich.



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